por Enrique Márquez Abella
En el año de 1844, Mathew Brady, fotógrafo pionero estadounidense tenía un estudio en Broadway, Nueva York. Brady se dio a conocer a través de sus retratos a personajes famosos y reconocidos, entre ellos Edgar Allan Poe. En febrero de 1860, Abraham Lincoln presentaría su discurso de campaña frente a una gran audiencia de representantes republicanos en el Cooper Union de Nueva York; a propósito del acontecimiento y sacando algo de provecho del boom de los retratos fotográficos de aquella época, Lincoln aprovechó para visitar el estudio de Brady y hacerse un retrato que le funcionaría como estrategia para su campaña para la presidencia de los Estados Unidos de América.
Se dice que a Abraham Lincoln lo percibían como un personaje muy rígido y sin gracia, incluso algo monstruoso por sus dimensiones; por lo mismo hicieron algunos ajustes con su imagen, escogiendo una camisa blanca de cuello alto e hicieron algunos retoques en la fotografía para mostrarlo más humano, con cierto porte y como una persona elegante. Lincoln se veía joven antes del estrés de la Guerra Civil y es así como Mathew Brady lo retrató. El discurso fue un éxito y se publicó en periódicos, botones y carteles; así se convirtió este fotografía en la primera en ser utilizada como propaganda de campaña.
Abraham Lincoln expresó: “El retrato de Brady y el discurso de Cooper Union me hicieron presidente de los Estados Unidos de América”. Tras el éxito obtenido, y con la llegada de la Guerra Civil, Brady iría al campo de batalla para ser pionero en la labor del fotoperiodismo.